En el marco de las actividades virtuales organizadas en Nivel Superior, ayer nos visitó Alejandro Corbalán, presidente de la Asociación Argentina de Counseling, para conversar con las alumnas de la carrera sobre las especificidades de esta disciplina.
Alejandro contó que antes de dedicarse al counseling tuvo varias profesiones. “Soy radiólogo, estudié derecho, despachante de aduana y fui comerciante. Hice montones de cosas”. Pasó por la psicoterapia, la programación neurolingüística y el coaching, hasta que un día se topó con la consultoría psicológica, y a eso se dedica hace 25 años.
Explicó que una de las características distintivas del counseling es que requiere la voluntad del consultante. Es decir que para que un counselor atienda a una persona no se necesita una prescripción médica sino que esa persona solicite su acompañamiento. “No es algo que se impone sino que se elige”.
En cuanto a la formación académica expresó que la herramienta más importante de un counselor es el counselor en sí mismo. «Además de estudiar debemos trabajar en nuestro autoconocimiento y desarrollo personal”. Y advirtió que tanto la carrera como la profesión son movilizantes porque “nos atraviesan emocionalmente de una manera muy profunda”.
Para cerrar, Corbalán dejó una reflexión para las futuras counselors de INA: “Abrazar apasionadamente cualquier cosa que hagamos en la vida es lo mejor que nos puede pasar. Eso me pasó a mí con el counseling y espero que a ustedes les pase lo mismo con cualquier cosa que elijan hacer”.